A través de microblogs al estilo de Twitter, la noticia de la orden de arresto contra Qiu corrió como la pólvora. El estallido en el ciberespacio fue tal que las propias autoridades tuvieron que dar marcha atrás el pasado domingo. No sólo retiraron el nombre de Qiu de su lista negra, también hicieron algo inédito: pedir perdón. Los altos cargos de la ciudad de Lishui, de la que partió la orden de arresto, consideran ahora que ésta no se sustentaba en una base legal sólida. Caso cerrado.
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