Algunos checos lo tomaron a risa y otros no tanto, pero muchos quieren asegurarse de que su presidente Vaclav Klaus jamás vuelva a llevarse subrepticiamente una pluma y menos frente a las cámaras de la prensa. Más de 5.000 checos se anotaron en una campaña que pide a los participantes que envíen a la oficina presidencial plumas, lápices u otros útiles de escritura el 2 de mayo porque “es evidente que el señor presidente no tiene con qué escribir”. Relacionada
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