OpenAI recopiló una enorme cantidad de datos de diversas fuentes de Internet para entrenar sus avanzados modelos lingüísticos de IA. Estos conjuntos de datos consisten en una amplia gama de materiales, como artículos de Wikipedia, libros populares, publicaciones en redes sociales e incluso contenido explícito de géneros especializados. Y lo que es más importante, OpenAI adquirió todos estos datos sin pedir permiso a los creadores de los contenidos.
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