Ya en la Ilíada (XX, 232), Homero se refiere a Ganimedes como “el más bello de los mortales, comparable a un dios”. La hermosura que caracterizaba al menor de los hijos del troyano Tros enamoró al mismísimo Zeus, que se lo llevó al Olimpo para convertirle en su amante y en copero de los dioses (...) Las fuentes ofrecen diversas versiones acerca de cómo se produjo el rapto, pero la tradición más extendida es la que relata que el propio Zeus se metamorfoseó en águila y secuestró al joven Ganimedes. Y es en esta escena en la que vamos a detenernos
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