Como la obesidad, como la celulitis, el extranjero es un concepto relativo. Para Esteban González Pons el extranjero empieza en Ceuta, para Artur Mas en Zaragoza y para mi vecino del bastón apenas baja a la calle y se tropieza con un chino. “No estoy gordo, estoy cerca” dice un amigo mío al que ya es más fácil saltarlo que rodearlo. Hace poco fue al médico y le dijo que padecía anorexia: “Doctor, es que me miro desnudo en el espejo y me veo gordo”. El médico le recetó unas gafas pero él decidió apuntarse a Nuevas Generaciones.
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