Nuestra vida social es seguramente una caja de resonancia de nuestras disfunciones cerebrales. Cuando nos confrontamos con personas y situaciones de nuestro entorno, ¿por qué a veces juzgamos incorrectamente? ¿Por qué nos dejamos llevar por emociones? ¿Por qué nuestras reacciones son a veces inadecuadas, maliciosas o insensatas? Las imperfecciones de nuestra máquina cerebral afectan las relaciones en la familia, en el trabajo y en sociedad. Es importante reconocer y concienciarse de las causas últimas de muchos malentendidos.
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