Si cuando iba a comprar un jamón ibérico exigía que le dieran un pata negra, a partir de ahora tendrá que pedirlo con nombre y apellidos. No crea que se trata de alguna excentricidad de los comerciantes. Es que para evitar falsificaciones se ha creado una nueva norma de calidad que obliga a cada producto derivado de los cerdos ibéricos a tener una identificación, algo parecido a un DNI que debe aparecer en la etiqueta, para saber a qué raza pertenece exactamente y cómo ha sido alimentado durante el periodo de cría.
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