EN casa de Clara y Javi ya no se enciende el horno, ni se recargan los móviles, ni se planchan los pantalones vaqueros. Se gasta lo justito y ni siquiera eso lo pueden pagar. Padres de una niña y con otro bebé en camino, juntan a duras penas los 650 euros del alquiler del piso y llenan la nevera, es un decir, gracias a la familia y los amigos. "La madre de Javi muchas veces me llena de tuppers. Me dice: Preparo lentejas y llevas para una semana. La hermana nos da fruta.
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