La ONCE amenaza a los vendedores con el despido "si no remontan las ventas", sin mencionar que "casi un 20% de la plantilla se encuentra por debajo de los topes exigidos". El sindicato denuncia que mientras las plantillas de la ONCE pierden retribución por la menor recaudación, la empresa vende sus juegos en el mercado ordinario (estancos, bares o gasolineras), de modo que "crea ella misma competencia desleal" al romper con la exclusividad de la venta de sus juegos "que estaba acotada a sus plantillas y por ende a personas con discapacidad".
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