La noche del día de Reyes trajo a las costas del Cantábrico la primera andanada de un temporal que remite, pero que ha dejado secuelas que harán que esta ola de frío se recuerde durante muchos años. Entre otras se contará la muerte de cientos de becadas a manos de furtivos y cazadores de fortuna, que han aprovechado la indefensión de esta especie durante el temporal para protagonizar una auténtica masacre.
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