Podemos pensar la causalidad en términos de necesidad y suficiencia. Podemos pensar que cada una de las causas que hemos expuesto son necesarias (sin ellas no se daría el efecto) pero no son suficientes (ninguna de ellas por sí sola podría causar el efecto). Si encontráramos una causa suficiente y necesaria esa sería la causa más poderosa y parecería lícito hablar de ella como de la auténtica causa. Pero aquí radica el problema: ¿existe alguna causa suficiente y necesaria?
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