Fue visto en varios de ellos, vecinos identificaron su coche, encontraron en él y en su casa gasolina, disolventes, mechas anudadas a cerillas, un catalejo, piñas secas, disolventes, bengalas, pastillas para encender fuego, mapas y cartografía de la zona. Además los incendios cesaron cuando fue detenido. Ocurrió en el verano de 2005. A pesar de todo el jurado le ha declarado inocente y argumenta que sólo si a un pirómano se le ve pegando fuego puede ser condenado. Ecologistas en Acción y el Ayuntamiento recurrirán este disparate.
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