Excéntrico, Ludwig II lo fue en grado sumo. Excéntrica fue su infancia transcurrida entre los muros del Nymphenboug de Munich y del Hohenschwangau vecino a Füssen, con profesores de francés que le enseñaban a hablar como el rey Sol y que declaraban su deseo de que el príncipe real los hiciera rodar como un tonel.
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