La paciencia del Rey con su yerno, Iñaki Urdangarín, se ha agotado. La Casa Real exigió esta semana al marido de Cristina de Borbón, la hija menor de Don Juan Carlos, que rompiera cuanto antes su silencio y diese públicamente la cara para evitar que su implicación en el caso Nóos causara un daño irreparable a la imagen de la Corona. Las presiones de La Zarzuela surtieron efecto anoche: el duque de Palma difundió un comunicado, a través de la delegación de la agencia Efe en Washington, en el que defiende su "honorabilidad e inocencia".
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