Muchos no habrían sabido que hacer con una parcela como la que Leonard Malin recibió de su suegro cerca de Mulholland Drive. Parecía imposible edificar una casa en una pendiente de 45 grados, más aun, con los modestos medios con los que contaba Malin, un joven ingeniero aeroespacial. Su suerte fue conocer al arquitecto John Lautner que le proporcionó una solución totalmente inesperada a su problema...
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