Cómo bien es sabido, no queda demasiado para que las cadenas de televisión empiecen a bombardear con todo tipo de juguetes inútiles a los que los críos no se pueden resistir. Y no hay nada más triste y doloroso que no poderle dar a un hijo lo que quiere, almenos, una vez al año. Lo último que podría permitirme es un consumo desmesurado e innecesario… y casi que acaba convirtiéndose en obligación...
|
etiquetas: clemencia , televisiones , anuncios , jugetes , navidad