Ninguna industria existe por siempre jamás. El mundo evoluciona constantemente, la sociedad progresa cada vez más rápido, las naciones pasan de una economía de subsistencia a otra tecnológica o de servicios, de una economía del carbón a otra más limpia y eficaz. Si invertimos en industrias que no ofrecen ninguna rentabilidad, que solo producen perdidas al final deberemos mucho más de lo que podemos pagar, nuestros acreedores dejaran de confiar en nostros y seremos pobres. La dependencia de la subvención es un tipo de servidumbre.
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