La captura y almacenamiento subterráneo de gases de efecto invernadero es un dudoso método para reducir la contaminación, advierten especialistas. En todos los casos, la captura de este gas consume mucha energía, reduciendo la eficiencia del proceso. Se estima que este proceso aumentaría hasta el 40% el consumo de combustible en una central térmica a carbón. Además expertos, e incluso operadores de depósitos a prueba, coinciden en que el almacenamiento de CO2 puede provocar fugas de gases y movimientos telúricos, con consecuencias imprevisibles
|
etiquetas: energía , captura de carbono , energía fósil , electricidad