El voto de los núcleos rurales y de poblaciones industriales es para el PSOE en tanto que el urbano, es del PP. Este dibujo se mantiene desde 1995, cuando se produjo el gran vuelco a favor del PP en las elecciones municipales. El envejecimiento de la población, el crecimiento del nivel de renta, la expulsión de los jóvenes de las ciudades por el encarecimiento de la vivienda y la desmovilización de sectores progresistas son las causas más citadas para que las cosas sean así.
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