(Microartículo) El capacete no tenia cresta ni visera, se aseguraba con un barbuquejo y a veces terminaba en punta, como el que perteneció a Fernando II El Católico que muchas veces se confunde con un morrión. Para no caer en esta confusión hay que fijarse en que la forma del capacete es más esférica y la parte superior más chata, recordemos que el morrion tiene una forma más cónica y sus alas son más alzadas y abarquilladas.
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