La condensación de agua en la cara interior del parabrisas es una de esas cosas que más sacan de quicio a primera hora de la mañana. Pones el coche en marcha, y por más que utilices el desempañador (o la mezcla de aire acondicionado y calefacción) no hay manera de que desaparezca la humedad, porque el motor está frío y la calefacción obtiene su temperatura del circuito de líquido refrigerante. Total, que tienes prisa, que no ves nada y... que es un peñazo.
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