Parece que el gobierno ha pagado el canon de 1,3 a CEDRO (la SGAE de los libros cuyos actos pasan desapercibidos) pero como que quiere dejar de pagarlos, pues que se arreglen los ayuntamientos con sus bibliotecas. En cambio sí parece posible destinar al menos 75 millones de nuestros impuestos a otras entidades de gestión. ¿Cuándo se protegerá realmente la cultura auditando a las entidades de gestión y poniendo límites a sus actividades? El canon bibliotecario es una aberración que ni los autores quieren.
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