Económicamente, Camps ha tocado fondo. Su administración no paga. Es la principal desestabilizadora de la economía valenciana. Lo debe todo y a todos: ayuntamientos, empresas, constructoras, bancos, profesionales, particulares, colegios, ciudadanos. Ni las becas de comedor es capaz de pagar. Ya nadie se fía. Sólo le queda esconderse detrás de alguno de sus «fieles» como Cotino para que éste salga a seguir prometiendo más planes, más planes, más planes.
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