Roma y otras ciudades europeas vivirán más o menos tranquilas hasta 2044, fecha en la que comenzará a notarse el calorcillo y sus efectos colaterales. En cambio sitios un poco más especiales como Manokwari (Indonesia), Kingston (Caribe) o Lagos (África) lo tienen a la vuelta de la esquina, en 2020, 2023 o 2029 – en menos de una década incluso. Son zonas en las que el riesgo de inundaciones debido al cambio de temperaturas puede tener devastadores efectos.
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