El pueblo ártico de Rovaniemi, en Laponia, conocido como hogar de Santa Claus, también está sufriendo las consecuencias del cambio climático. A una semana de Navidad tienen tan solo 20 cm de nieve, lo apenas imprescindible para los trineos de perros y renos o las motonieves, y sus rios y lagos ya no se hielan. Esto, que puede parecer una anécdota, afecta seriamente a la economía de Laponia, que vive mucho del turismo de invierno que genera la figura de Santa Claus y la visita de los sitios típicos, con 340.000 visitantes y 235 millones de euros
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