El humo del tabaco, con sus efectos tóxicos y cancerígenos, que obligatoriamente sufren unos 800.000 trabajadores de la hostelería y el ocio, supone "un riesgo de salud laboral intolerable". Mientras no llega la reforma de la ley del Tabaco, los sindicatos pedirán al Ministerio de Trabajo que los daños causados por el humo de segunda mano procedente del tabaco (cardiopatías, cánceres o asma) sean considerados enfermedad laboral o derivada del trabajo.
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