La calle Gonzalo de Carvalho, en la ciudad brasileña de Porto Alegre, alberga un bosque. Más allá de la distinción de ser considerada la calle más bonita del mundo, quizás lo más importante es el hecho de que representa todo aquello que es posible cuando los residentes y una ciudad trabajan conjuntamente para proteger algo hermoso. Original en inglés:
xurl.es/rwm7d