No he comido nunca en El Bulli, dicen que el mejor restaurante del mundo. Sin embargo durante más de un año disfruté del rancho de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz. Permítanme por tanto que me descojone cada vez que veo el anuncio que se ha marcado el Ministerio de Defensa mezclando ambos conceptos. El toque blanche de Ferrán Adriá y el uniforme de camuflaje. La manga pastelera y el fusil de asalto G-36. El aire de zanahoria con concentrado de mandarina y el chusco de pan duro. La deconstrucción y la destrucción.
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