"La comida envenenada puede intoxicar levemente a algún niño, según alerta la Guardia Urbana. La imagen que se encuentran cada mañana los propietarios de los pequeños puestos de chucherías y comida para pájaros de la plaza de Catalunya es desoladora. Decenas de palomas muertas se amontonan en cualquier parte de la céntrica plaza barcelonesa. Hace unos días se detuvo a un envenenador. Ahora se sospecha que hay otro que actúa."
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