En todas las columnas que he escrito sobre la muerte nada accidental de Iñigo Cabacas he apelado, como quien predica en el desierto, a la humanidad(..) Esto no va de justicia ni de reparación, y mucho menos, de verdad. Bien sabemos, y no solo por este caso, que en ciertas bocas, diría yo que en la inmensa mayoría, esas bellas palabras tan manoseadas sirven únicamente para disfrazar intereses.
|
etiquetas: iñigo cabacas , justicia , asesinato , intereses políticos