Carpetazo al nómada cabaret. Bujías para el dolor lo confirma. Aunque bueno, no exactamente, ya que por momentos aquello sonaba a la No smoking orchestra de Emir Kusturica, si bien lo cierto es que la mayor parte de las dos horas y media de concierto fueron más en plan Bunbury y Los Trogloditas. Porque el espejismo de la no vuelta de Héroes del silencio rompió otra vez el corazón a miles de personas, pero al menos sirvió para que Enrique (léase ¡Enriqueeeeeeeeeee! con voz de lunática niña chillona) ahora irrumpa sobre los escenarios disparando
|
etiquetas: musica , bunbury , madrid , rock