Una vez eliminada, o casi, la pluralidad en la dirección ejecutiva del BNG, un juego a múltiples bandas, compensador y reequilibrador de nuestra cultura frentista, que va pasar? Pues pueden repartirse otra vez la tarta mientras dure, en una etapa de confusión u confrontación larvada, como ya hicieron en estes últimos años, especialmente desde la entrada en la Xunta y la Asamblea 2006, pero el BNG, convertido más que nunca en un campo de maniobras puede estar tocado de muerte si no lo remediamos urgentemente.
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