La clausura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 nos deja a todos una gran sensación de vacío, casi la misma que ya teníamos antes de que empezaran. La impostura que requiere vibrar a lo largo y ancho de dos semanas al compás de la natación sincronizada, el piragüismo en aguas bravas o la gimnasia rítmica dejan exhausto al forofo más entusiasta. Asistimos a un espectácular negocio en el que lo único real son las ceremonias de apertura y clausura.
|
etiquetas: juegos olímpicos , londres 2012 , coi