Benidorm recibe millón y medio de visitantes cada año, cifra que solo superan Madrid y Barcelona. Es un éxito brutal. Desde hace décadas Benidorm está siempre abarrotada, sus playas son un tapiz de sombrillas y sus calles ríos de gente. La ciudad es un perfecto artefacto que atrae turistas a montones. Pero no tiene ningún glamour. En Benidorm solo se sirven gintonics desde que pasaron de moda, suena siempre música comercial y está inundado de ropa hortera.
|
etiquetas: benidorm , turismo , jotdown , sol , playa