De haber vivido en el siglo XXI, la Bella Durmiente y Blancanieves ya se habrían divorciado. Pasaron gran parte de su cuento de hadas sumidas en un sueño profundo y, tras despertar al calor del primer beso de amor, se casaron con un completo desconocido, algo que sólo termina bien en la literatura. Ésa es al menos la tesis del germanista Wilhelm Solms, que presentó una ponencia en el congreso internacional de la Sociedad Europea de Cuentos de Hadas (EMG), en la localidad bávara de Bad Brückenau, que este año aborda el concepto de “final feliz”.
|
etiquetas: cuentos , adas , realidad , principe