Los antiguos israelitas, con la posible excepción de algunos nazareos abstemios y sus madres, tomaban cerveza orgullosamente... y en grandes cantidades. Hombres, mujeres e incluso niños de todas las clases sociales lo hacían. Hasta el mismísimo Jehová, según la Biblia hebrea, consumía al menos medio hin de cerveza (aproximadamente dos litros) por día, y aun más durante el sabbat. Las traducciones cuestionables y el esnobismo académico han hecho que muchas referencias bíblicas a la cerveza se atribuyan hoy al vino. Artículo en inglés.
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