¿Nueve meses, un año, dos años…? La respuesta, como es lógico, nadie la conoce. Pero los especialistas están de acuerdo en una cosa. Si el desplome del crédito continúa durante un periodo prolongado de tiempo, bancos y cajas de ahorros lo van a pasar mal. Muy mal. Al fin y al cabo, unos y otros viven de prestar dinero, por lo que si el negocio sigue seco, como sucede ahora, su cuenta de resultados sufrirá. Y mucho.
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