A sus 87 años, María Shovkuta vive sola en su casa cercana a la central de Chernóbil, adonde regresó pocos meses después de ser evacuada, como todos sus vecinos, tras la catástrofe nuclear del 26 de abril de 1986. "Cuando volví daba saltos de alegría, me caían las lágrimas y lo primero que hice fue besar la tierra de mi huerto", cuenta en su casa de madera en el pueblo de Opálchichi, a 25 kilómetros de la central y dentro de la "zona de exclusión" de 30 kilómetros creada tras el accidente.
|
etiquetas: maría shovkuta , chernóbil , zona de exclusión