Primero: la Justicia Europea no funciona con el dedo, como los contratos vía urgencia de los partidos políticos españoles. Segundo: ni un ataque coordinado de todos los medios de comunicación afines a Díaz Ayuso como el que acabó con Pablo Casado tendría efecto alguno en el ámbito de la lejana Unión Europea. Tercero: la Fiscalía Europea tuvo la exótica idea de buscar jueces y fiscales motivados en la lucha contra la corrupción. Es decir: aquellos que, durante las investigaciones de Gürtel o Púnica, el PP denunció como jueces sospechosos.
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