Una persona llega a una ciudad por turismo o negocios. Aparca en la zona azul, saca su ticket correspondiente y se marcha. Pasan las horas y el vehículo acaba multado por traspasar la hora reglamentaria. El conductor no se preocupa. Está empadronado en otra localidad y sabe que es improbable que la multa le llegue por el desbarajuste administrativo existente entre los ayuntamientos. Por culpa de esta falta de comunicación, sólo se pagan una de cada cuatro infracciones que se cometen en los municipios españoles.
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