La grave situación económica por la que atraviesa Barbate ha «hartado» tanto a los funcionarios municipales que han decidido no coger el teléfono del Consistorio. Las nóminas pendientes que acumulan les ha llevado a plantar cara y no cortarse ni un pelo en el mensaje telefónico que se escucha al otro lado del auricular. «En este momento, todas nuestras líneas están libres pero no nos apetece atender la llamada. ¡A tomar viento fresco, hala!»
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