Compartió tatamis con Chema Palacios, dos veces subcampeón mundial de taekwondo, y empezó una carrera en ese arte marcial que no duró demasiado: “Me lo rompí todo: los talones, los hombros, las muñecas... Quería ser campeón del mundo y me infiltraba para la siguiente pelea. Mi entrenador era muy bestia”. Una crisis existencial, el cuestionamiento total del modo de vida occidental y muchas experiencias después encontramos a Manel, alias ‘Drac’, en Tailandia, peleando sin reglas por 150 euros en combates rodeados de mafiosos y apuestas.
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