Jason Petta, de la Universidad de Princeton, ha descubierto un método para capturar un único electrón en un pozo cuántico microscópico y alterarlo sin molestar a los miles de millones de electrones en su entorno inmediato. Además lo hace muy rápido, en millonésima de segundo. La hazaña es esencial para el desarrollo de futuras variedades de súperordenadores con capacidades casi ilimitadas. Esto tendrá aplicaciones en espintrónica y en la creación de los qubits, los componentes de los nuevos ordenadores cuánticos.
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