Cada español tira al año entre siete y ocho kilos de ropa usada a la basura, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y empresas del sector. Según esas mismas fuentes, cada tonelada se compra a 350 euros. Por eso, cada año aumentan en las grandes ciudades el número de contenedores ilegales de recogida de ropa. Mediante estos grandes cubos, los llamados “piratas de la ropa” se hacen pasar por organizaciones benéficas que utilizan las prendas para ayudar a los más necesitados.
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