En un ataque de generosidad, uno de los mayores especuladores inmobiliarios del Japón (recordemos que es uno de los más ricos del mundo), donó varias mansiones a algunas familias pobres en Hawaii. Pero sólo les ha dejado 1.000 $ y las familias tienen que pagar los servicios básicos. Esto es lo que teme mucha gente de Hawaii, que cree que ha comprado las mansiones sólo para abaratar el barrio y para volver a la carga. Caridad con truco, como pasa siempre. ¡Suerte y eliminad del mundo a vuestro especulador favorito aunque os dé una casa!
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