El ataque salvaje al autobús del Real Zaragoza en su viaje de regreso a Zaragoza han vuelto a disparar la indignación en el club aragonés y entre el zaragocismo. Checa explicó el impacto del cojinete de acero: "La serenidad al volante de Paco Peiró, el conductor, fue espectacular y logró detener el autobús sin ninguna brusquedad, pero si la bola de acero llega a dar en la luna delantera hubiera podido ocurrir algo gravísimo. Una tragedia. Fue como un balazo, porque el autobús estaba en plena autopista a 95 o 100 kilómetros por hora"
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