Dos años después de su divorcio, un astrónomo español se sigue viendo obligado a estudiar la estrella XUU30-Martuca, a la que bautizó en honor a la que por entonces era su esposa. “Miro esa estrella, tan lejana, y lo que veo en ella ha ocurrido hace millones de años, lo mismo que ocurre con las fotos de facebook en las que salgo con mi ex”, dice. “Le he dedicado toda mi puta vida a la estrella esta y ahora no puedo empezar de cero con otra”, explica.
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