Las imágenes que vais a ver a continuación corresponden a un fraude que vengo viendo desde hace unos años y que últimamente se va haciendo de lo más normal sin que ninguna autoridad de consumo haga nada por acabar con él. Se trata de engañar al consumidor haciéndole creer que lo que compra tiene un origen determinado, cuando en realidad no es así. En la mayoría de las ocasiones, el comprador cree que está adquiriendo productos nacionales o de su comunidad autónoma, cuando en realidad tienen orígenes de lo más lejanos.
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