Para que las esencias de un héroe regresen a este mundo 200 años después de muerto, lo primero es hidratarlo. No a él, por supuesto, sino al objeto que ha preservado su ADN todo este tiempo: su uniforme de batalla. Limpiar e hidratar con vapor de agua fría fue el primer paso para documentar las últimas horas del capitán Luis Daoíz, héroe del 2 de mayo de 1808. Sabíamos que fue asesinado por las tropas francesas, pero desconocíamos qué heridas provocaron su muerte. Su guerrera arroja luz sobre uno de los personajes más épicos de nuestra historia
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