Asisto perplejo al desgobierno que desde Bruselas hasta Madrid, desde Berlín a París, está asolando a los dirigentes europeos, incapaces de lidiar con una crisis de calado que supera en mucho sus aptitudes políticas y de gestión económica. El caso español es doblemente lamentable, pues vivimos en un entorno político dominado por la ideología (que si la izquierda tal, que si la derecha cual...), que impide al pais salir del agujero en que nos encontramos con análisis estrictamente técnicos y libres de dogmatismos de partido.
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